Para educar científicamente se debe tener claro que una cosa es enseñar el qué de la ciencia y por otra el cómo de la misma. Ya que enseñar ciencia implica enseñar el contenido de una asignatura científica que es el "qué pensar" y la forma de comprenderla, entenderla, aplicarla y evaluarla es el "cómo pensar" al respecto de la ciencia. El pensamiento científico impulsa la capacidad del alumno para preguntarse sobre la realidad para desarrollar así nuevas conclusiones, donde el docente debe ser el facilitador que motive a los alumnos para qué los aprendizajes sean mas perdurables y que participen en actividades de curiosidad y habito haciendo comparaciones entre dos o mas objetos para que los saberes sean utilizados en la vida cotidiana.
El generar oportunidades para pensar en los alumnos les sirve de guía para lograr objetivos además de que existirán fallas y al mismo tiempo los ayudara a aprender de sus aciertos y errores, considerando que el aprendizaje científico es un proceso dinámico ya que permite el indagar y ampliar la forma en la cual se ve la realidad, mientras que nos va guiando al "aprender haciendo" debido a que los alumnos aprender aquello en lo que ellos enfrenten problemas reales, aquí el profesor mediante actividades didácticas logre construir un aprendizaje significativo ya que este conduce a la transferencia del conocimiento en cualquier contexto y la interacción con personas mas experimentadas ya que la autenticidad de una practica educativa determina el grado de relevancia y actitud social que asume cada alumno al aplicarlos en fenómenos de la vida real.
Mientras que al inicio de un tema a llevar a la practica se debe comenzar por las ideas previas de los alumnos para hacer que se muestran entusiasmados y con un gran compromiso de enriquecer su conocimiento con el nuevo que van aprender.
No está completo.
ResponderEliminar